jueves, 11 de febrero de 2016

LECTURA SOBRE EL ENVEJECIMIENTO

ENVEJECIMIENTO

El organismo debe considerarse como una máquina compleja que va deteriorándose con el paso del tiem­po hasta que deja de funcionar correctamente. Este funcionamiento erróneo es lo que identificamos comúnmente como los achaques propios de la edad.
Hay muchos factores que intervienen en el envejeci­miento del cuerpo humano. Basándonos en distintas teorías, se puede afirmar que el envejecimiento se debe a una pérdida de capacidad de división y reno­vación de las células. La información genética conte­nida en todas y cada una de las células permite la producción de nuevas proteínas y controla la división con el objeto de formar nuevas células. Sin embargo, el número de divisiones celulares no es infinito, hay un número determinado de divisiones que las células pueden realizar, dependiendo del tipo y la función de las mismas. Después de este número fijo de divisiones, la célula muere. Solamente las células can­cerosas no obedecen a esta regla y se dividen y mul­tiplican ilimitadamente.
Existen indicios evidentes de envejecimiento que se pueden observar con el paso del tiempo
en el cuerpo humano; la estatura disminuye, debido al aplasta­miento de los discos intervertebrales; la piel se arru­ga y pierde tersura; los huesos se descalcifican y se convierten en unidades más frágiles; la masa muscu­lar disminuye y, en consecuencia, aumenta la rigidez de los movimientos; las paredes de las arterias se endurecen, lo que se traduce en un aumento de la ten­sión arterial y también suelen aparecer complicacio­nes cardiovasculares como consecuencia de este endurecimiento; la muerte de neuronas conduce a alteraciones mentales de diferentes índole; la vista y el oído pierden agudeza y precisión. La ciencia, sin embargo, ha conseguido sobrellevar en parte muchos de estos efectos del paso del tiempo, prolongar la vida media y mejorar de una manera muy significativa la calidad de vida de las personas en
todas las edades.


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